Juan Carlos Santiago Vadillo

Juan Carlos Santiago Vadillo es el ejemplo de cómo la voluntad de conseguir un sueño está por encima de cualquier obstáculo que se pueda interponer en el camino. Es inteligente, pero sobre todo es trabajador y muy obstinado. Cuando tiene una idea entre ceja y ceja no la suelta hasta que ha conseguido su objetivo.

Tras muchos años de duro trabajo, de sacrificios personales y profesionales, de incomprensiones, de sinsabores, de alegrías, por fin ha visto hecho realidad su sueño: montar su propia empresa de servicios integrales del automóvil, que ha bautizado con el nombre de MOTOR SPORT JAÉN, de la que es su promotor y gerente.

Juan Carlos Santiago ha volcado en su empresa todo el cúmulo de trabajo y de formación que ha adquirido en sus 30 años de profesión. No en vano, comenzó con 15 años a mancharse las manos de grasa con las primeras faenas que le encargaba su padre, Antonio, que trabajaba con los camiones.

A la vez que se pringaba, estudiaba, y así completó sus estudios que le permitieron obtener el título de FP II como Técnico Especialista en Automoción.

Hoy tiene su despacho repleto de decenas de diplomas de cursos de todo tipo realizados en los más variados puntos de la geografía nacional.

Comenzó en Nissan y pasó a Volkswagen Audi como responsable de taller, y de ahí a jefe de servicio en BMW.

Se ha especializado a lo largo de su dilatada trayectoria profesional en atención al cliente y en sistemas de calidad y control de gestión de taller.

Todos esos conocimientos los aplica ahora en MOTOR SPORT JAEN, sobre la base de conseguir una eficiente calidad en la atención al cliente para que éste quede satisfecho de sus servicios, guiados siempre por la calidad y garantía de los mismos.

Además, Juan Carlos Santiago tiene claro que "para dirigir una empresa es muy importante la satisfacción y profesionalidad de los empleados, por lo que valoro sobre todo la motivación del equipo".

Por todo ello,  MOTOR SPORT JAÉN  apuesta por la formación como base para un futuro cargado de trabajo, ilusión y compromiso con el cliente.